La ficción de los marginados

Con Montacerdos nace lo que Nuria Vilanova llama “La ficción de los marginados”[1]. Una de las características principales de la narrativa de la época de los 80’s era su extraordinaria diversidad; tanto de temas, como de estilos y técnicas narrativas, lo que refleja sin duda la realidad social en la que se produce. No hay un cuerpo homogéneo de creación narrativa, sino que uno puede encontrar novelas y cuentos muy comprometidos con la realidad política del Perú, como la obra de Dante Castro , Oíorongo, que explora la situación de violencia en la sierra andina con la insurgencia de Sendero Luminoso, al lado de obras, como El legado de Caín (1987), de Alda Balta, en las que el entorno social sólo sirve como marco referencial, o bien obras de compromiso con los nuevos sectores urbanos emergentes, como sería el caso de Montacerdos (1981) y Patíbulo para un caballo (1989),  ambas de Cronwell Jara. También debemos tener en cuenta que las vivencias de la provincia tienen una presencia importante en el corpus narrativo actual, ya que esta proliferación literaria de la que venimos hablando tiene un importante eco en las provincias peruanas.
Algo que sin duda también ocurre en la narrativa de la época es que frente a un panorama tan vasto de producción, no siempre las obras satisfacen las expectativas de calidad y, en realidad, se encuentran muchos trabajos que son más bien mediocres. Sin embargo, entre esta extensa producción hay obras muy rescatables, como son las de este emblemático escritor que es Cronwell Jara que no tan sólo ha dado expresión a la perspectiva de los sectores humildes emergentes, sino que, además, ha conseguido producir una ficción narrativa de cierta calidad.




[1] VILANOVA, Nuria. “La ficción de los marginados: Cronwell Jara y el efecto  de los cambios sociales en la narrativa peruana reciente”, pp. 132.

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